El maestro Carlos Palomino habló con "La Prensa" sobre el amor
a su arte y su visión del arte panameño.
La Prensa, Panama.
Por: Michelle Montenegro
“Musas,
aves, personajes, poemas visuales a la vida, al trabajo, al amor. La materia y
la utopía como fuentes de inspiración y permanencia. Todo un canto cromático a
la vida”, así define el trabajo artístico del maestro Carlos Alberto González
Palomino, la catedrática y crítica de arte Ela Urriola.
Para el
docente universitario Pedro Luis Prados, “el testimonio que nos deja el maestro
Carlos González Palomino, tras una agitada existencia en que la creación
artística se debate y nutre con el drama del pueblo al que amó y defendió desde
todas las trincheras, es una prueba de cómo los proyectos humanos solo tienen
cabida cuando la voluntad y la esperanza son los motores que los impulsan”.
Y es que
lo sublime de sus figuras escultóricas, que parecen cinceladas, bien en el
mural o en la tela, y que parecen desafiar las posibilidades del espacio
compositivo son el mejor y el más bello de sus legados.
El
pasado 14 de marzo, en ocasión de la exposición y subasta de su ultima serie
´El Vía Crucis´, el maestro Palomino conversó amena y ampliamente con La Prensa
acerca de la creación artística y el porvenir del arte en Panamá.
Con su
afable forma de ser, sencillo y directo, el maestro habló sobre su quehacer
como muralista, que a su decir era su técnica favorita. “El mural se estudia,
pero tienes que venir con la disposición que implica trabajar en grandes
dimensiones. Para eso se necesita tener una visión de las superficies, de las
áreas y es algo muy difícil”, explicaba en ese momento uno de sus más
destacados cultores.
Con
admiración y humildad sin par, Palomino celebraba el creciente avance e interés
por el arte plástico que se vive en este momento en Panamá, y no guardó elogios
para referirse a la calidad de sus colegas. “No sé si por la cuestión de ser
crisol de razas salga tanto talento, pero para la población tan poca que
tenemos salen grandes artistas que merecen ser aprovechados”, apuntaba. “El
Estado debería armar exposiciones de los artistas más destacados ahora y
llevarlo al exterior. Deberían hacerlo porque son excelentes, y no son uno ni
dos, son varios grandes artistas los que trabajan en Panamá. Pero estamos
avanzando porque la población va exigiendo las cosas”, decía con satisfacción.
En torno
al proceso creativo, al preguntarle qué sentía al finalizar una obra, comentaba
que se trataba de algo inefable. “Del hecho de pintar se puede hablar mucho,
pero no se puede decir exactamente cuál es la razón que empuja al individuo a
realizar la obra de arte. Es allí donde está lo que no se puede definir con
palabras porque es algo interior, algo que sale de lo más profundo del
individuo y lo pone al servicio de su sociedad”.
Fiel
creyente del arte como un instrumento para el bien común, expresaba que “todos
los pintores le han dedicado sus obras más cercanas a la sociedad, en las que
se han desenvuelto cosas sublimes o fuera de su contexto como ser humano”. Por
eso, abogaba por el arte público que pone en contacto a los habitantes de la
urbe con el gran arte.
En
definitiva, un gran maestro y una gran obra que quedará por siempre entre los
grandes nombres del arte plástico nacional.
Carlos Alberto González Palomino.23 de julio de 1941 - 8 de abril de 2013 Panama |
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